28 de enero de 2010

The Butterfly Circus


Hay películas y películas. Algunas te dejan completamente indiferente. Otras te generan sentimientos negativos, del estilo, para qué he pagado por esta película (desgraciadamente, estas las encuentro demasiado a menudo últimamente). Otras te apasionan y desearías verlas durante toda la eternidad. Y finalmente, tenemos las que te conmueven. Ésas están a un nivel superior, porque despiertan un sentimiento en nosotros que es demasiado privado, que yace en nuestro interior más profundo. Estas obras de arte, porque no hay otra manera de denominarlas, permanecerán por siempre en nosotros. Incluso me atrevería a decir que nos ayudarán a definir nuestra personalidad en el futuro.

Hoy vengo a hablar de una de estas maravillas: The Butterfly Circus. En este caso, no es una película, sino un corto. Tuve la suerte de llegar a conocerlo por mi admiración a Eduardo Verástegui. Igual que entendí que Bella no acabase de gustar a todo el mundo por la temática que trataba, me costará entender a aquellas personas que no se conmuevan con estos 20 minutos, dignos de ser saboreados al menos una vez en la vida.


El guión nos lleva a evolucionar y a darnos cuenta de la crueldad que mueve al ser humano. La superioridad no nos llevará a ningún lugar, nos intentan explicar. Pero tampoco podemos intentar darlo todo masticado a los débiles; aunque sea duro, debemos dejar que aprendan solos, sin dejar de demostrarles que nos tienen para lo que sean. Los protagonistas evolucionan con el relato y con sus magníficas interpretaciones, nos humanizan y nos favorecen una identificación y proyección sobre sus personajes. ¿Quién no se ha sentido alguna vez como el rarito? ¿Quién no ha agradecido la ayuda de alguien, su sonrisa?

Podría seguir con la perorata, pero tengo que admitir que me parece superflua, ya que al ver The Butterfly Circus se han despertado en mí una serie de emociones inclasificables e indescriptibles. Si os tuviera que hacer un resumen os anunciaría que me ha hecho replantearme lo afortunada que soy y todas las oportunidades que me brinda la vida. The Butterfly Circus me ha ayudado a ser mejor persona.


SONG OF THE DAY: "The Hardest Day" Alejandro Sanz & The Corrs


Slaty

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues dado que esta última frase, creo, es lo más o mejor que puede lograr influenciarnos cualquier externalidad (como una película, una vivencia leída en el periódico o una sonrisa en el momento oportuno), debemos darle un diez al corto, ya que en sólo veinte minutos a logrado más que muchas de las miles de páginas escritas en la historia del cine.

Molt bona impressió, per cert ;)