El calendario de mi cuarto.
Al calendario de mi cuarto se le han de pasar las hojas con cada mes, es ese típico y mítico que regalan con Fotogramas cada año. Efectivamente, yo soy de esas muchas que lo compran. Cierto es que la primera vez que vi que las fotos de dentro eran de actores clásicos que casi ni conocía, tomé la decisión de no volverlo a comprar, pero no pude cumplir mi promesa al ver que gracias a él aumentaba mi cultura (si se le puede llamar así, claro está).
La cosa es que mi madre siempre ha sido la más práctica y ordenada de casa, así que supongo que fue ella quien clavó el clavo (valga la redundancia) en la pared del que cuelga el calendario desde tiempos inmemorables. La única pega que le encuentro es que está encima de la mesa y para cambiar de mes, me tengo que subir. Y no sé si lo sabréis, pero es un poco peligrosa esa mesa, porque tiene poca inestabilidad, así que, como entenderéis, dados mi aprecio a la vida y mi vagancia, había meses que “empezaban” para mi calendario el día 10 o el 15. Incluso, si se me hacía muy tarde, pasaba hasta el mes siguiente, total, no había un motivo para cambiarlo.
Ahora las cosas han cambiado. Mes a mes corro a subirme a esa mesa para hacer la cuenta atrás de los días que quedan para “nuestro día”, para poder poner en el estado del Facebook “Suma y sigue (Vol. Lo que llevemos + 1)”, para que Albert me vuelva a felicitar por nosotros, para contar los minutos que quedan para poder felicitarte, para saber cuántos días tengo para planear mi próxima actualización, etc, etc, etc.
Ahora las cosas han cambiado. Mes a mes encuentro un motivo para seguir adelante, para pasar (literalmente) página y encontrar junto a ti grandes y memorables momentos.
La cosa es que mi madre siempre ha sido la más práctica y ordenada de casa, así que supongo que fue ella quien clavó el clavo (valga la redundancia) en la pared del que cuelga el calendario desde tiempos inmemorables. La única pega que le encuentro es que está encima de la mesa y para cambiar de mes, me tengo que subir. Y no sé si lo sabréis, pero es un poco peligrosa esa mesa, porque tiene poca inestabilidad, así que, como entenderéis, dados mi aprecio a la vida y mi vagancia, había meses que “empezaban” para mi calendario el día 10 o el 15. Incluso, si se me hacía muy tarde, pasaba hasta el mes siguiente, total, no había un motivo para cambiarlo.
Ahora las cosas han cambiado. Mes a mes corro a subirme a esa mesa para hacer la cuenta atrás de los días que quedan para “nuestro día”, para poder poner en el estado del Facebook “Suma y sigue (Vol. Lo que llevemos + 1)”, para que Albert me vuelva a felicitar por nosotros, para contar los minutos que quedan para poder felicitarte, para saber cuántos días tengo para planear mi próxima actualización, etc, etc, etc.
Ahora las cosas han cambiado. Mes a mes encuentro un motivo para seguir adelante, para pasar (literalmente) página y encontrar junto a ti grandes y memorables momentos.
SONG OF THE DAY: "Angel Of Mine" Monica
Slaty
