28 de enero de 2010

The Butterfly Circus


Hay películas y películas. Algunas te dejan completamente indiferente. Otras te generan sentimientos negativos, del estilo, para qué he pagado por esta película (desgraciadamente, estas las encuentro demasiado a menudo últimamente). Otras te apasionan y desearías verlas durante toda la eternidad. Y finalmente, tenemos las que te conmueven. Ésas están a un nivel superior, porque despiertan un sentimiento en nosotros que es demasiado privado, que yace en nuestro interior más profundo. Estas obras de arte, porque no hay otra manera de denominarlas, permanecerán por siempre en nosotros. Incluso me atrevería a decir que nos ayudarán a definir nuestra personalidad en el futuro.

Hoy vengo a hablar de una de estas maravillas: The Butterfly Circus. En este caso, no es una película, sino un corto. Tuve la suerte de llegar a conocerlo por mi admiración a Eduardo Verástegui. Igual que entendí que Bella no acabase de gustar a todo el mundo por la temática que trataba, me costará entender a aquellas personas que no se conmuevan con estos 20 minutos, dignos de ser saboreados al menos una vez en la vida.


El guión nos lleva a evolucionar y a darnos cuenta de la crueldad que mueve al ser humano. La superioridad no nos llevará a ningún lugar, nos intentan explicar. Pero tampoco podemos intentar darlo todo masticado a los débiles; aunque sea duro, debemos dejar que aprendan solos, sin dejar de demostrarles que nos tienen para lo que sean. Los protagonistas evolucionan con el relato y con sus magníficas interpretaciones, nos humanizan y nos favorecen una identificación y proyección sobre sus personajes. ¿Quién no se ha sentido alguna vez como el rarito? ¿Quién no ha agradecido la ayuda de alguien, su sonrisa?

Podría seguir con la perorata, pero tengo que admitir que me parece superflua, ya que al ver The Butterfly Circus se han despertado en mí una serie de emociones inclasificables e indescriptibles. Si os tuviera que hacer un resumen os anunciaría que me ha hecho replantearme lo afortunada que soy y todas las oportunidades que me brinda la vida. The Butterfly Circus me ha ayudado a ser mejor persona.


SONG OF THE DAY: "The Hardest Day" Alejandro Sanz & The Corrs


Slaty

16 de enero de 2010

B.S.O.


Me gusta ponerle banda sonora a mi vida. Sé que es muy peliculero. ¿Qué queréis? Para eso estudio Comunicación Audiovisual. La cosa es que casi siempre voy conectada al iPod que me regalaron mis padres a los 19 años. Ese aparato representa lo que soy, no sólo por la música que lleva en el interior, sino porque lleva dos grabados muy especiales: Slaty y Boston 2007. ¿Por qué? Muy sencillo, cuando me lo regalaron eran mis mejores maneras de definirme. Y si a ello sumamos que lo que escucho es lo que soy, de algún modo podréis decir que si conocéis mi iPod, me conoceréis a mí. Siempre hay muchos secretos escondidos ahí dentro.

Volviendo al tema de las bandas sonoras, me encanta caminar con los auriculares puestos y el reproductor en marcha para encontrar la canción perfecta en cada momento. Recuerdo un día en que al salir del vagón del ferrocarril en Plaza Cataluña, empezó a sonar Love Will Tear Us Apart de Joy Division, nunca más ha vuelto a darse tal coincidencia y la salida del metro no ha vuelto a ser tan gratificante ni perfecta. Recuerdo con fuerza también el día en que empecé a salir con Dani, una chica en el escenario del Mediterráneo tocaba una tierna y dulce balada. No conseguí reconocerla por los nervios del momento, pero sé que ninguna otra pareja ha podido empezar una vida conjunta de mejor manera. A día de hoy, todavía sigo sin saber cuál es. Y así podría seguir con esa lista de instantes y sus respectivas melodías.

Sin embargo, hay canciones que me hacen pensar en qué los momentos en que podrían suceder. Por un lado, eso está bien, ya que puede ser muy útil a la hora de montar mis cortos, por ejemplo. Por otro, es una lástima, porque se pierde el componente sorpresa y, además, es muy complicado conseguir que ambos coincidan cuando queremos, lo que nos decepciona cada vez que suena en el iPod o que vivimos esa situación con una canción inadecuada.

Y finalmente, está Fix You. La canción perfecta. La canción más polivalente jamás creada. La siempre útil y adecuada. Creo que jamás he pensado que desentonase o sobrara en alguna situación. Siempre ha reflejado lo que sentía o, más bien dicho, siempre me ha hecho sentir. Y ya no sé si es porque no he encontrado su momento o porque realmente ella es el momento. Me propongo descubrirlo en los próximos meses. Ya os contaré cómo ha acabado.


SONG OF THE DAY: "I can't hear the music" James Blunt


Slaty

14 de enero de 2010

Mi gran llegada a Boston


Recuerdo mi llegada de Boston como si hubiera sucedido ayer. Cuando íbamos a aterrizar alcé la vista sobre el hombro de mi "compañera de viaje" para observar por la ventanilla ese paraíso. La imagen quedó grabada en mi retina para siempre. Sé que es una de las más bellas que jamás podré ver. Supongo que lo que la hace tan especial no es sólo lo comentado, sino el contexto y la situación.

Llevaba 8 horas en el avión y no me había levantado ni un momento por los nervios que recorrían mi cuerpo sin parar. A día de hoy puedo reconocer por fin lo asustada que estaba al no saber qué me deparaba el siguiente mes. Así que creo que podéis entender el por qué de mi inmovilidad.

La pantallita que tenía frente a mí (y en la que horas antes había podido ver Goal 2) mostraba un mapa y, sobre él, el dibujo de un avión trazaba nuestro recorrido. Cada vez quedaba menos. No había vuelta atrás. Yo lo sabía y no lo creía. Suponía que debía ser un sueño y que en cualquier momento la inoportuna alarma de mi móvil me despertaría. Parecía tan irreal. Y de repente, un corto, pero claro, sonido nos avisó a los pasajeros de que debíamos abrocharnos otra vez los cinturones porque íbamos a aterrizar. Y fue entonces cuando decidí armarme de valor y formar parte de ese momento. Debía vivirlo. No podía quedarme pasmada en mi silla presenciando la comodidad de business. Quería saber a dónde estaba llegando. Quería vivirlo. Y lo viví. La imagen más bella jamás presenciada.

Hay quien dice que momentos antes de morir ves tu vida resumida en imágenes. Momentos inolvidables al lado de los que más quieres y que explican en breves instantes lo que has sido, tu existencia. Y yo sé que lo que vi ese 8 de julio estará en esa selección. Esa panorámica ya es parte de lo que soy.


SONG OF THE DAY": "It's Not True" William Fitzimmons


Slaty